viernes, 10 de julio de 2009

Osteoporosis

Introducción
La osteoporosis se trata de una enfermedad en la que el hueso se vuelve más poroso y por tanto más frágil. En esta investigación te contamos por qué aparece y cuales son los tipos fundamentales de osteoporosis ya que conocerla bien es empezar a prevenirla.
A la osteoporosis se la conoce como la enfermedad silenciosa. A esta enfermedad, que afecta en mayor medida a las mujeres, se la ha apodado de silenciosa porque invade poco a poco el esqueleto sin dar ninguna señal de aviso. Hasta que de pronto, y siempre en una edad ya madura, éste hace «crac» de forma inesperada y se rompe por sitios tan graves como la cadera o la columna vertebral.
Es cierto que todos los órganos, tejidos y partes de nuestro cuerpo merecen que les dediquemos la atención necesaria e intentemos preservar su buena salud. Pero, en el caso de los huesos, el cuidado debe ser especial, ya que el esqueleto es lo que nos sostiene en pie cada día y permite que nos movamos. Además, hay que tener en cuenta que los huesos están formados por una materia que a partir de la tercera década de la vida empieza a perderse (pierde densidad y va haciéndose esponjosa). Como consecuencia de esto, los huesos se vuelven más frágiles y quebradizos, resistiendo peor la carga y los golpes, corriendo el riesgo de romperse con mayor facilidad. Este problema es lo que se conoce con el nombre de osteoporosis, una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo (la gran mayoría mujeres) y cuya incidencia va en aumento progresivo como consecuencia del envejecimiento de la población y del aumento de esperanza de vida. Por ello, el mejor remedio en la osteoporosis es la prevención, es decir, preparar nuestros huesos para esos años.







1.1 El Problema
1.1.1 Problemática
Las autoras desean conocer todo al respecto de la osteoporosis
1.1.2 Antecedentes del Problema
Las autoras no han podido encontrar trabajos previos de investigación referente a Pericarditis
1.1.3 Formulación del Problema
¿Describir a fondo todo lo que respecta a la osteoporosis?
1.1.4 Limitaciones
Durante el transcurso del trabajo de investigación las autoras han tenido inconvenientes entre los cuales cabe destacar
Ø Falta de tiempo, ya que se requiere que se le dedique un tiempo considerable
Ø Falta de trabajos previos referente al tema de investigación
1.1.5 General
Ø Conocer a fondo todo lo que respecta a la osteoporosis
1.1.6 Especifico:
Ø Conocer la fisiopatología de la osteoporosis
Ø Conocer los síntomas, causas y tratamiento de la osteoporosis
Ø Analizar la epidemiologia de la osteoporosis
Ø Analizar la relación de la enfermedad con la obesidad, tabaco.





CAPITULO II: MARCO REFERENCIAL CIENTIFICO

2.1 Marco Teórico:
2.1.1 Osteoporosis
2.1.1.1 Definición:
La osteoporosis es una enfermedad en la cual disminuye la cantidad de minerales en el hueso, perdiendo fuerza la parte de hueso trabecular y reduciéndose la zona cortical por un defecto en la absorción del calcio, lo que los vuelve quebradizos y susceptibles de fracturas y de microfracturas, así como anemia y ceguera.





2.1.1.2 Etiología:
En España, aproximadamente 2 millones de mujeres y 500000 varones sufren osteoporosis en la columna lumbar o en el cuello del fémur; es decir, casi un 13% de la población femenina y un poco más del 4% de la masculina. Además, de las personas que llegan a los 90 años, casi un 32% de las mujeres y un 17% de los varones sufren una fractura de cadera.
La osteoporosis afecta principalmente (no exclusivamente) a personas mayores de 50 años; por tanto, el progresivo envejecimiento de la población española nos anuncia un aumento sustancial de esta enfermedad en las próximas décadas.
La osteoporosis es una enfermedad muy frecuente. Cerca de 3 millones de personas la padecen en España, la mayor parte de las cuales son mujeres. Aproximadamente, 30 de cada 100 mujeres la sufren después de la menopausia.
Cada año, la osteoporosis causa más de 1,3 millones de fracturas de vértebras, cadera y muñecas en el mundo. Las fracturas más graves son las de cadera. La mayoría de ellas requieren una delicada y costosa operación quirúrgica que no asegura la perfecta recuperación del paciente.
Un 20% de los pacientes que han sufrido una fractura de cadera fallecen en los seis primeros meses. Del resto, muchos quedan parcialmente inválidos y requieren cuidados especiales.


2.1.1.3 Patología:
El hueso es un tejido en remodelación continúa. Cuando se rompe el equilibrio entre formación y destrucción ósea, debido por ejemplo a cambios en la dieta o hormonales, se pierden los minerales que mantienen la dureza y densidad características del hueso.
Esta circunstancia se llama osteopenia. Cuando la pérdida es mayor y el hueso tiene más riesgo de fractura, estamos delante de la osteoporosis. En la osteoporosis aumenta el riesgo de fractura, sobre todo en las caderas, la columna dorsal y las muñecas. Aumenta el riesgo con la edad y afecta más a mujeres que a hombres.

Los huesos están formados por una red de colágeno tipo I sobre el que se deposita fosfato cálcico, cosa que permite que sean tan fuertes como flexibles. El hueso es un tejido que está en constante remodelación. Durante la reabsorción, los osteoclastos disuelven el hueso y unos enzimas rompen la red de colágeno.
Esto va seguido de formación de nuevo hueso por los osteoblastos, que secretan osteocalcina y precursores del colágeno para formar otra red que será de nuevo mineralizada. Este proceso es continúo y se llama remodelado óseo, tiene lugar en todo el cuerpo, con lo que se reemplaza un 8-10% de hueso cada año. Durante la infancia la formación es mayor a la reabsorción, por lo que aumenta la masa ósea. Esto suele alargarse hasta los 30 años. Después la formación disminuye y la reabsorción se recupera, de manera que empieza a disminuir la masa ósea. Una inadecuada ingesta de calcio y vitamina D durante la infancia, el uso de fármacos que contengan esteroides (como la medicación contra el asma), la anorexia, el sedentarismo, el tabaco y el exceso de alcohol son factores que aumentan el riesgo de osteoporosis a lo largo de la vida.
Algunas enfermedades, como las de la glándula tiroides, la enfermedad de Cushing, la artritis reumatoide, las enfermedades renales, el hipoparatiroidismo y el déficit de vitamina D pueden tener efecto sobre la salud del hueso. Aquellas personas con antecedentes familiares de osteoporosis también pueden tener mayor riesgo. Las mujeres, durante la menopausia, pueden perder masa ósea debido a la disminución de los estrógenos. La menopausia precoz aumenta la pérdida. Según algunos estudios, una mujer puede perder más del 20% de su masa ósea en los primeros 5 a 8 años tras la menopausia. Los hombres con niveles bajos de testosterona también tienen mayor riesgo de enfermedad.


Ø Tipos de Osteoporosis:
Los tipos más comunes de osteoporosis son:
El tipo I, u osteoporosis asociada a la menopausia, que afecta a seis mujeres por cada hombre. En el tipo I: se sospecha que el mecanismo que hace que se desarrolle la osteoporosis tipo I en las mujeres es la deficiencia de estrógenos. Los varones no suelen perder una cantidad significativa de hueso antes de los 70 años, pero varias enfermedades, medicaciones (por ejemplo, tratamiento crónico con corticoides), y factores relacionados con el estilo de vida (por ejemplo, el alcoholismo) pueden ocasionar pérdidas prematuras de masa ósea y de fuerza.
El tipo II, u osteoporosis asociada con la edad, que afecta a personas mayores de 70 años con una relación mujer/ hombre de 2:1. En el tipo II: se sospecha que el mecanismo que hace que se desarrolle la osteoporosis tipo II es la deficiencia de vitamina D y un hipoparatiroidismo (o exceso de función de la glándula paratiroides) secundario.
La causa de la osteoporosis posmenopáusica es la falta de estrógenos, la principal hormona femenina que ayuda a regular el aporte de calcio a los huesos. En general, los síntomas aparecen en mujeres de 51 a 75 años de edad; no obstante pueden empezar antes o después de esas edades. No todas las mujeres tienen el mismo riesgo de desarrollar una osteoporosis posmenopáusica (las mujeres de las etnias blanca y oriental son más propensas a esta enfermedad que las mujeres de etnia negra).
La osteoporosis senil es el resultado de una deficiencia de calcio relacionada con la edad y de un desequilibrio entre la velocidad de degradación y de regeneración ósea. “Senil” significa que se manifiesta en personas de edad avanzada. Afecta, por lo general, a mayores de 70 años y es dos veces más frecuente en las mujeres que en los varones. Las mujeres, con frecuencia, sufren ambas formas de osteoporosis, la senil y la posmenopáusica.
IMPORTANTE: Menos del 5 por ciento de las personas que padecen osteoporosis sufre una osteoporosis secundaria (inducida por otros trastornos de salud o por fármacos). Puede ser consecuencia de ciertas enfermedades, como la insuficiencia renal crónica y ciertos trastornos hormonales (especialmente del tiroides, las paratiroides o las suprarrenales) o de la administración de ciertos fármacos, como corticosteroides, barbitúricos, anticonvulsivantes y cantidades excesivas de hormona tiroidea. El consumo excesivo de alcohol y tabaco agrava la afección.
La osteoporosis juvenil idiopática es una enfermedad poco frecuente, de causa desconocida. Aparece en niños y adultos jóvenes, sin trastornos hormonales ni carencias de vitaminas, y que no presentan ninguna razón obvia para tener huesos débiles.

2.1.1.4 Factores de Riesgo:
La mayoría de los científicos opina que los siguientes factores afectan el riesgo de osteoporosis. Algunos puede que apliquen en su caso, pero otros no.
Ø La edad y la osteoporosis: El riesgo de osteoporosis aumenta con la edad. La osteoporosis puede desarrollarse a cualquier edad pero es mucho más común en la gente a medida que envejece.
Ø El sexo y la osteoporosis: Las mujeres tienen un mayor riesgo de osteoporosis que los hombres, pero tanto los hombres como las mujeres pueden perder masa ósea y fracturarse. La historia familiar y la osteoporosis. Una persona que tiene un padre que desarrolló osteoporosis tiene mayor riesgo de perder masa ósea.
Ø La raza, el grupo étnico y la osteoporosis: Las personas de todas las razas y grupos étnicos pueden desarrollar osteoporosis. Sin embargo, los afroamericanos tienden a tener menos riesgo que otros grupos.
Ø La medicación y la osteoporosis: Algunos medicamentos, como los esteroides o anticonvulsivos, son una importante parte del tratamiento de ciertas enfermedades, pero también causan pérdida de masa ósea. La gente que necesita esta medicación debe tomar los pasos necesarios para proteger sus huesos.
Ø La mayoría de los factores de riesgo de osteoporosis pueden ser modificados para reducir el riesgo, tanto a través de cambios en el estilo de vida como de medicación, de ser necesario. Estos incluyen:
Ø La actividad física y la osteoporosis: El ejercicio es una de las mejores maneras de protegerse de la osteoporosis. Los ejercicios con carga que trabajan en contra de la fuerza de gravedad (como caminar, subir escaleras y hacer pesas) ayudan a mantener los huesos fuertes. El ejercicio también ayuda a prevenir enfermedades como las enfermedades del corazón, el derrame cerebral, la diabetes, la obesidad y el cáncer de colon. Trate de hacer al menos 30 minutos de ejercicios al día.
Ø Las hormonas post-menopáusicas y la osteoporosis: Las hormonas post-menopáusicas pueden contener diferentes hormonas que son similares a las hormonas reproductivas femeninas, el estrógeno y la progesterona. Después de la menopausia, el cuerpo de la mujer deja de producir grandes cantidades de estas hormonas. Para las mujeres que están pasando por ella (o que ya la pasaron), las hormonas post-menopáusicas ayudan a reducir los síntomas, como los calores y la sequedad vaginal, y también protegen contra la osteoporosis y el cáncer de colon. La hormona estrógeno es especialmente importante en la prevención de la osteoporosis, porque puede reducir la pérdida de la masa ósea y aumentar la densidad ósea. Sin embargo, las hormonas post-menopáusicas pueden representar un gran riesgo, como el aumentar el riesgo de cáncer de pecho (o de mama) y de útero. Y aunque se pensaba en algún momento que las hormonas post-menopáusicas ayudaban a disminuir el riesgo de enfermedades del corazón, ahora es poco claro como inciden el riesgo de estas enfermedades.
Ø El uso de tabaco y la osteoporosis: Los fumadores tienen mayor riesgo de osteoporosis que los no fumadores. Fumar trabaja de diferentes maneras para aumentar la pérdida de la masa ósea. Por ejemplo, fumar puede cambiar los niveles hormonales del cuerpo y puede interferir en la absorción del calcio. La exposición al tabaco también aumenta su riesgo de padecer enfermedades del corazón, derrames cerebrales, enfermedades vasculares periféricas (el afinamiento de los vasos sanguíneos de las piernas), enfisema, bronquitis, diabetes, y de cáncer de pulmón, vejiga, riñones, páncreas, cuello de útero, labio, boca, lengua, laringe, garganta y esófago. Para muchas personas, dejar de fumar es lo mejor que pueden hacer para mejorar su salud.
Ø El peso y la osteoporosis: El riesgo de la osteoporosis es mayor en las personas delgadas con huesos pequeños y menos en las personas con peso. Las personas con peso tienen menos riesgo por varias razones. La grasa corporal extra que las personas tienen aumenta la producción de estrógeno (que protege contra la pérdida rápida de hueso), aumenta el peso que los huesos tienen que soportar (que hace que se hagan más fuertes) y puede aminorar el impacto de los golpes en caso de una caída (que protege a los huesos de una fractura).
Mientras que el peso extra protege contra la osteoporosis, también puede afectar negativamente a todo el cuerpo, aumentando el riesgo de diabetes, de alta presión sanguínea, de alto colesterol, de enfermedades del corazón y de derrame cerebral. Mantener un peso saludable ha probado disminuir el riesgo de cáncer de colon, de riñón, de pecho y de útero. Cuando todo esto es considerado, la mejor opción para proteger sus huesos no es a través del peso corporal sino usando otros métodos, como el ejercicio y la dieta saludable.
Ø La dieta y la osteoporosis: La dieta puede jugar un rol importante en la salud de sus huesos. Para reducir el riesgo de osteoporosis, es especialmente importante el consumir calcio, vitamina D y vitamina K. Buenas fuentes de calcio incluyen los lácteos, las nueces, los granos integrales, los vegetales de hoja verde y los suplementos de calcio. Buenas fuentes de vitamina D incluyen los huevos, los pescados “grasos”, los productos lácteos fortificados y los cereales para el desayuno, así como la exposición directa a los rayos del sol, que ayuda a crear vitamina D a través de la piel. Buenas fuentes de vitamina K son los vegetales de hoja verde como la acelga, la espinaca, el brócoli, el repollo o la lechuga. Demasiada vitamina A, en forma de retinol, puede aumentar el riesgo de osteoporosis. Trate de mantener la toma de retinol entre los 2500 IU y 5000 IU diarias. La mejor manera de hacer esto es asegurarse de que no consuma demasiados productos fortificados con vitamina A (vea las etiquetas). Y que cuando elige una multivitamina, elija una que no tenga más de 5000 IU de vitamina A y que tenga al menos 20% de la vitamina A como beta.


2.1.1.5 Síntomas y signos clínicos:
La osteoporosis no produce síntomas, no duele ni causa ninguna alteración en sí misma. Sin embargo, al producirse gran fragilidad en los huesos, aparecen con gran frecuencia fracturas óseas, que son las que condicionan los síntomas en estos enfermos. Las fracturas más frecuentes en la osteoporosis de la mujer posmenopáusica son las fracturas vertebrales, que producen dolores muy agudos en la espalda y condicionan la aparición progresiva de deformidades de la misma, fundamentalmente disminución progresiva de la talla por aplastamientos vertebrales.
Signos Clínicos:
Los signos clínicos de la osteoporosis establecida muchas veces son difíciles de detectar. Pero cuando estamos con pacientes de riesgo debemos pensar en ella y por tanto conocer bien los síntomas, para poder detectar cuanto antes la enfermedad. Las manifestaciones clínicas son las siguientes:
1. Son frecuentes los dolores de espalda, que a veces no les deja conciliar el sueño, no se encuentran bien en la cama y aumentan al movilizar la espalda.
2. Un dato clínico a tener en cuenta es el estancamiento estatural, o incluso la disminución de la talla, cuando se han producido fracturas o han disminuido de tamaño los cuerpos vertebrales. Éste es un dato muy curioso pero que ocurre y debemos buscar, ya que en ocasiones lo atribuimos a un error de técnica o a que la medición anterior fue mal tomada.
3. Las alteraciones de los cuerpos vertebrales, vértebras aplanadas, bicóncavas, que llegan a producir verdaderos aplastamientos con las consiguientes fracturas, son datos que debemos buscar en las radiografías de columna cervicodorsal, que es donde más se suelen encontrar. Conviene solicitar posiciones de frente y de perfil ya que en esta última posición es donde más fácilmente se detectan.
4. En los niños es difícil encontrar otros signos, pues en ocasiones quedan enmascarados por la enfermedad de base que padecen. No debemos olvidar que el paciente reumático es un paciente con dolores, y presenta un estado nutricional deficiente, por lo que no es infrecuente que presente un cierto grado de distrofia. Esto condiciona un cierto grado de cansancio, astenia, a veces está malhumorado, triste, pálido, anoréxico, etc. De ahí la importancia de vigilar el estado general, deteriorado en todas las enfermedades crónicas, pero que en este tipo de patología es un verdadero problema, muchas veces difícil de solucionar.

2.1.1.6 Exámenes Auxiliares:
Los Exámenes más frecuentes para la detección de la Osteoporosis son:
§ El examen de la densidad mineral ósea (específicamente una densitometría o una radioabsorciometría de doble energía, DEXA, por sus siglas en inglés): mide la cantidad de hueso. Este examen se ha convertido en el método de referencia en la evaluación de la osteoporosis. Para obtener información específica sobre este examen, ver examen de la densidad ósea.
§ Una tomografía computarizada de la columna vertebral: Puede mostrar pérdida de la densidad mineral ósea. La tomografía computarizada cuantitativa (TCC) puede evaluar la densidad ósea; sin embargo, está menos disponible y es más costosa que la DEXA.
§ En casos graves, una radiografía de la columna vertebral o de la cadera puede mostrar fractura o colapso de los huesos de la columna. Sin embargo, las radiografías simples de los huesos no son muy precisas para predecir si alguien probablemente tiene o no osteoporosis.
§ Es posible que se necesiten otros exámenes de sangre y orina si se cree que la osteoporosis se debe a una afección médica, más bien que a la simple pérdida ósea normal que se observa al envejecer.
§ El examen de densidad ósea, también conocido como medición de la masa ósea o examen de la densidad mineral del hueso, mide la resistencia y la densidad de los huesos. Cuando este examen se realiza al comienzo de la menopausia y luego se repite más adelante, puede ayudar a determinar con qué rapidez se reduce la masa y la densidad de los huesos. Estos exámenes no causan dolor, no suponen riesgos y no son invasivos. En estos exámenes se compara la densidad del hueso con patrones que definen la condición normal del hueso de una persona de su misma edad, sexo y contextura física, y también con la densidad óptima de un adulto joven y sano del mismo sexo.
§ Los exámenes de densidad ósea pueden ser útiles para lo siguiente:
Detectar si la densidad ósea es baja antes de que se produzca una fractura. Confirmar un diagnóstico de osteoporosis si ya se ha sufrido una fractura. Conocer de antemano sus probabilidades de sufrir fracturas en el futuro. Determinar su índice de pérdida ósea o controlar los efectos del tratamiento si los exámenes se realizan a intervalos de un año o más.
2.1.1.7 Prevención:
Todas las personas sufrimos en algún momento de nuestra vida osteoporosis, ya que a medida que pasan los años nuestros huesos pierden densidad y resistencia y esto puede suponer un verdadero peligro cuando intervienen golpes o caídas o cuando hay que recuperarse de una fractura. El grupo de mayor riesgo son las mujeres pos menopáusicas por lo que este tema les interesa especialmente.
La osteoporosis, tal y como la propia palabra indica, es la mayor porosidad de los huesos, lo que los hace más frágiles y rompibles a la hora de un golpe. Es una enfermedad que todos llegamos a padecer a medida que se va envejeciendo. Sin embargo, el mayor grupo de riesgo son las mujeres tras la menopausia. A menudo se diagnostica la osteoporosis tras una fractura. Los huesos que más tienden a romperse debido a este problema de salud son la cadera, las vértebras lumbares y dorsales, la muñeca y el hombro. Además de la mayor facilidad de fracturas otra consecuencia de la osteoporosis es la disminución de talla en la vejez. Como ya hemos explicado, la osteoporosis es una enfermedad no tiene cura real y la mejor y más eficaz forma de combatirla es una buena prevención.
Para prevenirla debemos prestar especial atención a cuatro factores fundamentales que nos ayudarán a mantener unos huesos sanos y fuertes en un futuro, incluso aunque pertenezcamos a ese grupo de personas con mayor grado de riesgo:
Ø Una dieta adecuada
Ø Hábitos de vida saludables
Ø Ejercicio físico adecuado
2.1.1.8 Diagnóstico:
En primer lugar es necesaria una exploración física que debe incluir una medición de la talla para detectar su pérdida. También son útiles las radiografías del perfil de la columna lumbar y dorsal para descartar la presencia de fracturas vertebrales.
Para detectar la osteoporosis antes de que se manifiesten los síntomas se puede medir la densidad de los minerales óseos (Densidad Mineral Osea/DMO) a través de una densitometría.
Actualmente, las dos formas más sencillas de diagnosticar esta enfermedad son: 1º) Por medio de una densitometría radiológica de doble energía (DEXA) de la columna lumbar y de la cadera, que cuantifica el contenido mineral por unidad de área; de este modo se obtiene la densidad mineral ósea (BMD) en g. cm2, referida al área de proyección; y 2º) Por medio de una tomografía axial computarizada (TAC) que aporta una densidad volumétrica en g. m3.
En 1994, un comité de expertos de la Organización Mundial de la Salud propuso como criterio densitométrico para el diagnóstico de la osteoporosis en población femenina aquellos valores de contenido mineral o de densidad mineral ósea que se sitúen por debajo de -2.5 desviaciones estándar de la media de mujeres jóvenes sanas (pico de masa ósea). El diagnóstico de osteoporosis a menudo puede pasar inadvertido si no se piensa en ella, debido al comienzo tan insidioso que tiene y a la falta de sensibilidad de los métodos diagnósticos convencionales.
La desmineralización ósea no se detecta, hasta que no se pierda al menos un 30% de la densidad mineral ósea.
La fractura es la consecuencia de la osteoporosis. Debemos pensar en ella para poderla diagnosticar, pero sería muy interesante que pudiéramos predecir su aparición, y esto es muy difícil de conseguir, porque hay diferentes masas óseas, en función de los factores mecánicos que concurran en el individuo. Con métodos no invasivos, como densitometrías por medio de ultrasonidos, se pueden hacer mediciones en pacientes que tengan un cierto riesgo de sufrir osteoporosis, y ante la duda se debe practicar una densitometría por absorciometría dual de rayos X para confirmar la sospecha de osteopenia, una forma barata y no invasiva de predecir esta patología. Los pacientes expuestos a tratamientos prolongados con glucocorticoides presentan una reducción de la densidad mineral del hueso, y el 30-50% de ellos sufren fracturas vertebrales. El grado de pérdida ósea está relacionado con la duración del tratamiento y la dosis utilizada. Pero probablemente no esté relacionada con el diagnóstico subyacente, la edad, ni el sexo del paciente. Los sujetos con osteoporosis inducida por glucocorticoides deben realizar controles periódicos de la densidad mineral ósea cuando están en tratamiento crónico corticoideo cada 6 o 12 meses.

2.1.1.9 Tratamiento:
El tratamiento médico más comúnmente prescrito es la terapia hormonal sustitutiva. Se prescriben estrógenos, con o sin progestágenos, en dosis bajas con la idea de recuperar los niveles hormonales endógenos perdidos con la menopausia o después de una intervención quirúrgica en la que se han retirado los ovarios. Otros tratamientos incluyen la calcitonina, los Bifosfonatos, la vitamina D y la PTH.
El mejor tratamiento de la osteoporosis es la prevención. Una ingesta adecuada de calcio y el ejercicio físico durante la adolescencia y la juventud, puede incrementar el pico de masa ósea, lo cual redunda en una reducción de la pérdida de hueso y en un menor riesgo de fractura en años posteriores. El consumo adecuado de calcio y de vitaminas durante la madurez es esencial para la salud del hueso.
En situaciones de menopausia precoz, las mujeres deben tomar estrógenos para prevenir la pérdida post-menopáusica de hueso; se debe de añadir un progestágeno si el útero está intacto.
El reemplazamiento estrogénico es un tratamiento efectivo para prevenir la pérdida post-menopáusica de hueso y es también efectivo en la prevención de fracturas osteoporóticas. El tratamiento hormonal sustitutivo requiere un estricto control ginecológico y una cuidadosa selección de pacientes.


Las mujeres post-menopáusicas con baja masa ósea o osteoporosis establecida y que tengan contraindicación para el tratamiento hormonal sustitutivo, los Bifosfonatos (Alendronato o Etidronato) y la Calcitonina, son medicamentos efectivos para prevenir la pérdida de hueso.
El caminar y los ejercicios de extensión de la columna pueden estabilizar o incluso incrementar ligeramente la masa ósea y mejorar el balance y la fuerza musculares, previniendo caídas y fracturas.
Las fracturas vertebrales deben tratarse inicialmente con reposo, analgésicos, lumbostato y rehabilitación. Otros posibles tratamientos, actualmente en estudio, incluyen vitamina D, fluoruros y hormona paratiroidea.

CONCLUSIONES

La osteoporosis afecta a una gran parte de la población mundial mayor de 50 años. Sus complicaciones por un lado disminuye la calidad de vida por otro lado acarrea un alto costo en gastos para el tratamiento, rehabilitación, en algunos casos en cuidados de enfermería para el resto de su vida cuando no son conducidos a la muerte por complicaciones de las fracturas. Se tiene que considerar los años de productividad perdidos. A todo esto se debe agregar que en todo el mundo existe una tendencia al aumento de la población mayor de 60 años y al crecimiento en la esperanza de vida que lleva a un incremento de la población de le edad avanzada con el consiguiente aumento de la osteoporosis y de las fracturas asociadas.
Por lo antes expuesto resulta evidente que es una enfermedad que necesita para su prevención una mayor educación y concientización de la población para obtener el beneficio de una mejor calidad de vida, menos gastos en salud y una mayor productividad que redundará en beneficio de la salud y de la economía de la comunidad.

Bibliografía:
Ø http://www.todoosteoporosis.com/osteoporosismasaosea.html
Ø http://www.scielo.org.ar/
Ø ROBBINS Y COTRAN PATOLOGIA ESTRUCTURAL Y FUNCIONAL Kumar 7 ª edición
Ø Harrison Principios de Medicina Interna 17a edición. Anthony S. Fauci, Eugene Braunwald, Dennis L. Kasper, Stephen L. Hauser, Dan L. Longo, J. Larry Jameson
Ø Medicina interna Farreras-rozman Elsevier - Health Sciences Division, 2004

Osteoporosis y Obesidad: La Relación entre la Obesidad y la Osteoporosis

Tanto la obesidad, como la osteoporosis se han venido presentando en forma epidémica durante la última década.
Ambas son enfermedades de etiología multifactorial, de curso crónico y con una importante morbimortalidad relacionada en las sociedades económicamente desarrolladas.
Se ha visto que la incidencia de osteoporosis y fracturas de cadera está disminuida en sujetos obesos. Al momento, diversos estudios epidemiológicos han demostrado un efecto protector del sobrepeso en el desarrollo de osteoporosis y la ocurrencia de fracturas osteoporóticas. Por este motivo, es importante tener en claro la relación precisa que existe entre factores potencialmente modificables, como la masa corporal, y el desarrollo de osteoporosis.
Si bien la osteoporosis es una de las enfermedades óseas metabólicas más prevalente, es también una enfermedad previsible; que compromete mayormente a mujeres a partir de la quinta década. Es conocido que el pico de masa ósea se alcanza entre los 30-35 años, y depende de factores genéticos, nutricionales, metabólicos y de la actividad física.
Después de los 40 años, la mujer pierde aproximadamente entre un 0,3%-0,5% de masa ósea por año; hasta un 3%-4% por año en la posmenopausia. Se ha aceptado que los determinantes en la cantidad y composición del tejido óseo son multifactoriales: genética, sexo, dieta (grasas, proteínas, calcio), factores endócrinos (esteroides sexuales, calcitriol), fuerzas mecánicas (actividad física, peso corporal) y exposición a factores de riesgo, como los corticoides. El peso, siendo uno de los factores determinantes de la masa ósea, ha merecido el análisis de uno de sus componentes: el tejido graso. La mujer obesa soporta más peso y tiene mayor masa corporal que la mujer delgada; como consecuencia, tendría mayor posibilidad de conservar la masa ósea; también absorbe calcio con mayor eficiencia, ya que su sistema de remodelación ósea es más sensible a la hormona paratiroidea; y utiliza el calcio disponible en forma óptima, conservando así la masa ósea.
La Osteopenia ataca a las Jóvenes
Ostopenia significa "menos hueso" y cada vez es más frecuente entre las mujeres de entre 30 y 40 años. Esta enfermedad causa una disminución ósea leve. Detectarla a tiempo ayuda a prevenirla. La ostopenia es un escalón previo a la osteoporosis. Los médicos explican esta dolencia como una condición "entre lo normal y lo patológico".
A la Osteoporosis se la detecta con una densitometría ósea, que se practica con equipos computarizados de rayos X, que mide la densidad mineral ósea. Las personas de cualquier edad pueden someterse a este diagnóstico.
La ostopenia, a diferencia de la osteoporosis, es un proceso reversible con tratamiento médico, que mejora el estilo de vida y condiciones nutricionales del paciente.
Según datos de la Campaña Nacional de Prevención de la osteoporosis, el 15% de mujeres jóvenes padece de esta primera fase de deterioro.
A través del estudio que se realizó en 2002, se logró establecer la epidemiología ecuatoriana de la menopausia.
Se seleccionaron a 1 256 pacientes que vivían en las zonas urbanas en 15 provincias del país. Ellas no eran profesionales y mantenían una vida sedentaria. Andrés Calle, coordinador de la investigación, explica que se escogieron a esas mujeres pensando en el perfil más adecuado de la población ecuatoriana. En el Ecuador, el 35% de las mujeres mayores de 45 años sufre osteoporosis, lo que se debe a factores diversos: calidad de vida, comportamientos físicos, hábitos, etc. El estudio, justamente aborda todas estas características, distinguiendo las diferencias según las diferentes regiones.
En la Costa, por ejemplo, la menarquía (primera menstruación) llega más temprano que en la Sierra.
La extirpación del útero es cada vez más común: casi un tercio de la población estudiada fue histerectomizada, en especial en la Sierra. El 20% de las pacientes climatéricas tiene algún grado de hipertensión. Esta patología está presente en la cuarta parte de las habitantes que atraviesan el climaterio en la Costa. No existe una cultura de prevención: dos tercios de las consultadas se había realizado paptest en el último año (Sierra 80%, Costa 60%). Igualmente, casi la mitad no se había hecho una mamografía en los últimos 12 meses.
Tampoco existe una tendencia a comprender lo importante que es la actividad física. Solo un tercio de las encuestadas llevaba una rutina de ejercicios. Ventajosamente, el hábito de tomar café y fumar no está presente entre ellas.
Osteopenia Vs Osteoporosis
La ostopenia es una disminución en la cantidad de calcio y fósforo en el hueso, lo cual puede hacer que los huesos se vuelvan débiles y frágiles, al igual que incrementa el riesgo de fracturas.
Causas, incidencia y factores de riesgo:
Durante los últimos 3 meses del embarazo, se transfieren grandes cantidades de calcio y fósforo de la madre al bebé, de tal manera que los huesos del bebé crecen. Si el bebé nació prematuramente, puede no recibir las cantidades requeridas de estos dos elementos para formar adecuadamente huesos fuertes. Además, los bebés muy prematuros pierden mucho más fósforo en la orina que los bebés que nacen a término.
Los diuréticos (medicamentos como furosemida o "lasix") o los esteroides también pueden causar bajos niveles de calcio. La vitamina D ayuda con la absorción del calcio en el cuerpo desde el intestino y el riñón. Si los bebés no reciben o producen suficiente cantidad de esta vitamina, el calcio y el fósforo no serán absorbidos apropiadamente. Igualmente, un problema hepático llamado colestasis puede ocasionar problemas con los niveles de vitamina D. Mientras está en el útero, la actividad del feto se incrementa durante los últimos 3 meses del embarazo y se cree que esta actividad es importante para el desarrollo de los huesos. La mayoría de los bebés muy prematuros tienen actividad física limitada que también puede contribuir al desarrollo de huesos débiles. Síntomas: La mayoría de los bebés prematuros nacidos antes de las 30 semanas de gestación presentan algún grado de ostopenia, pero no tendrán ningún síntoma físico.
Los bebés con osteopenia severa pueden tener disminución en el movimiento o inflamación de un brazo o una pierna debido a una fractura desconocida.
Signos y exámenes:
La ostopenia es más difícil de diagnosticar en bebés prematuros que en adultos. Los exámenes más comunes utilizados para diagnosticar y controlar la ostopenia de la prematurez son, entre otros: Tratamiento:Las terapias que parecen mejorar la fortaleza ósea en los bebés son, entre otras:
Suplementos de calcio y fósforo agregados a la leche materna o líquidos intravenosos
Fórmulas especiales para bebés prematuros cuando no se tenga disponibilidad de leche materna
Suplementos de vitamina D para bebés con problemas hepáticos Expectativas (pronóstico)
Las fracturas generalmente sanan con el uso de una férula en el hueso roto, manipulación suave y con un aumento en la ingesta de calcio, fósforo y vitamina D en la dieta. Es posible que haya un incremento en el riesgo de sufrir fracturas a lo largo de todo el primer año de vida para bebés muy prematuros con osteopenia de la prematurez.
Los estudios han sugerido que un peso muy bajo al nacer es un factor de riesgo significativo para padecer osteoporosis posteriormente en la vida adulta. Se desconoce si los esfuerzos agresivos para tratar o prevenir la ostopenia de la prematurez en el hospital después del nacimiento puede disminuir el riesgo como adulto.
Descubrimiento sobre los genes que causan Osteoporosis

La Osteoporosis es una patología con una base genética poligénica, es decir, causada por múltiples genes. Uno de los retos de la lucha contra la enfermedad consiste en identificar cuáles son estos genes que marcan la predisposición a sufrirla. Ahora, un equipo científico ha identificado una nueva variación -un polimorfismo del DNA- en los genes de susceptibilidad de la osteoporosis. Este descubrimiento añade una nueva pieza en el complejo mapa genético de la enfermedad, y lo publica la revista Bone en un artículo firmado por los investigadores Daniel Grinberg y Susana Balcells del Departamento de Genética de la Universidad de Barcelona y otros expertos del Hospital del Mar (IMAS)-IMIM (URFOA: Unidad de investigación en fisiopatología ósea y articular). Los polimorfismos, pequeñas variaciones en la secuencia genética del DNA, determinan la base del riesgo indivigual para desarrollar la enfermedad. En el estudio, los expertos han identificado un polimorfismo del gen CYP19A1, que codifica para la proteína Citocromo P450 aromatasa. Esta proteína transforma hormonas sexuales -en concreoto, andrógenos en estrógenos- en los tejidos periféricos (fuera del aparato reproductor). Los estrógenos sintetizados fuera del ovario tienen un papel protector antes las fracturas óseas y son decisivos para determinar la densidad mineral ósea (BMD) en mujeres postmenopaúsicas, y por lo tanto, en el inicio de la osteoporosis. En el caso de esta enfermedad, la densidad mineral ósea (BMD) es uno de los principales predictores de fractura osteoporótica. El nuevo polimorfismo, conocido com Aro1 (rs4775936), ha sido localizado en el área del promotor del gen CYP19A1. La osteoporosis se conoce también como "la enfermedad silenciosa". Provoca una pérdida de densidad mineral ósea, y está ligada al riesgo de sufrir fracturas (traumatismo del fèmur, aplastamiento vertebral, etc.). Afecta del 30 al 50% de las mujeres en edad postmenopáusica: una de cada cinco mujeres de más de 45 años y cuatro de cada diez de más de 75 años.
Es una enfermedad claramente poligénica, pero está también influída por factores ambientales (dieta, fármacos, etc). Ahora, con el estudio publicado en la revista Bone, se abren nuevas perspectivas en el futuro para el diseño de nuevos métodos de predicción de riesgo de osteoporosis en la población y para establecer protocolos médicos y terapeúticos en función del perfil genético de los afectados.
El equipo investigador participa también en el proyecto GENOMOS (Genetic Markers for osteoporosis) de la Comisión Europea. GENOMOS, iniciado en el año 2003, es una de las plataformas más ambiciosas en esta modalidad de investigación genética. Está coordinado desde la Universidad de Rotterdam (Holanda) y los únicos equipos científicos del país que participan son los de la UB y del Hospital del Mar-IMIM (grupo liderado de los profesores Adolfo Díez y Xavier Nogués).
La colaboración científica se completa con equipos de la University of Aberdeen Medical School, University of Cambridge y Oxagen Ltd (Reino Unido), Universita?degli Studi di Firenze (Italia), Aarhus Universtiy Hospital (Dinamarca), University of Antwerp, (Bélgica), University of Ioannina (Grecia). A la noticia publicada en la revista Bone, el equipo de la UB y del Hospital del Mar-IMIM suman también otros descubrimientos científicos en el campo de las bases genéticas de la osteoporosis: los polimorfismos en el gen ESR1 (JAMA, 2004), que explican la diferente susceptibilidad de los individuos a las fracturas, y los polimorfismos PCOL1 y el PCOL2 (Journal of Bone and Mineral Research, 2002) en el área del promotor del gen COL1A1, relacionado con la síntesis del colágeno, un componente básico de los tendones, cartílago y la matriz orgánica de los huesos.
Osteoporosis y Tabaco: Efectos del humo del tabaco sobre los Huesos

Las mujeres fumadoras inician la menopausia a una edad más temprana y su pérdida de hueso es mayor en los primeros años de ésta. Los efectos del tabaco en los huesos de la mujer son devastadores pues el tabaquismo deja una impronta al producir disminución de la masa ósea, por su acción antiestrogénica, debido a que acelera la eliminación de estrógenos e incrementa la eliminación del calcio por orina, lo cual se potencia con la deficiencia de estrógenos.
El tabaco en la mujer deja su impronta en los huesos con la osteoporosis, siendo la respuesta acumulativa. Desde el primer cigarrillo sigue un largo camino pero llegará a la fractura. El esqueleto se forma hasta los 18 - 20 años y el tabaquismo afecta la masa ósea y el crecimiento; las jóvenes que fuman tienen poco aporte de calcio porque toman poca leche y porque la nicotina aumenta la eliminación del calcio por orina. Las consecuencias óseas aparecen alrededor de los sesenta años. La nicotina tiene efecto antiestrogénico porque acelera la eliminación de los estrógenos y produce menopausia precoz, lo que agregado a la eliminación de calcio, a la afectación de los osteoblastos y a la disminución de la masa ósea, duplica la posibilidad de fracturas en vértebras y la multiplica en cadera. En la mujer fumadora la fractura de cadera tiene una evolución tórpida, con mala formación del callo óseo y más riesgo de morbimortalidad. Como la pérdida de masa ósea se inicia a partir de los 35 años y se incrementa con la menopausia, la prevalencia de la osteoporosis se incrementa con el envejecimiento y afecta con mayor frecuencia a las personas mayores, principalmente a las mujeres posmenopáusicas, en una relación mujer: hombre que puede variar entre 3 y 8:1. La incidencia de la osteoporosis en general y de la posmenopáusica en particular, no está suficientemente establecida; señalándose 25% para mujeres mayores de 45 años y 50 % para mayores de 60 años. La incidencia de la osteoporosis en la mujer posmenopáusica es la más frecuente de todas las formas de osteoporosis. Es necesario conocer los diferentes factores de riesgo para padecer osteoporosis, ya que jjuegan un papel importante en la presencia de esta enfermedad y en su manejo preventivo y terapéutico. La meta de la prevención es lograr un buen pico de masa ósea cuando se cumplen los 30 años y mantenerlo.

Osteoporosis y Tai Chi

La práctica del Tai Chi reduce hasta casi la mitad el riesgo de caídas en personas mayores con osteoporosis, por lo que se considera una disciplina muy beneficiosa para la salud. El doctor Antonio Hernández Royo, presidente de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) ha asegurado que dos millones de mujeres y 750.000 hombres padecen osteoporosis en España, una enfermedad consistente en la disminución progresiva de la masa ósea que produce una fragilidad en el hueso con el riesgo de sufrir fracturas.
“Los estudios científicos demuestran los beneficios del Tai Chi, que al ser un ejercicio aeróbico de bajo impacto es beneficioso en la osteoporosis” comenta Esther Pagés, médico adjunto del Servicio de Rehabilitación de Valle de Hebrón de Barcelona.
El Tai Chi, antigua forma de ejercicio de origen chino que desarrolla la coordinación y el equilibrio, se ha introducido en España como una actividad terapéutica, sin llegar a ser una práctica agresiva, como lo es en otros países.
Concretamente tiene tres efectos beneficiosos en las personas que sufren osteoporosis. Este ejercicio demuestra una reducción del riesgo de caídas en pacientes sanos mayores de 65 años. Otro beneficio demostrado del Tai Chi está asociado a factores intrínsecos, relacionados con las caídas, como son la mejora de la flexibilidad, el equilibro y la fuerza muscular. La mejoría de estos factores intrínsecos que favorecen las caídas repercute en la reducción de fracturas.
Finalmente, estudios más recientes apuntan que la práctica prolongada del Tai Chi también tiene un efecto sobre la masa ósea, de manera que mujeres menopaúsicas que realizan Tai Chi tienen un aumento de la masa ósea y una reducción en la perdida de hueso que se produce progresivamente después de la menopausia. Los pacientes que sufren osteoporosis son de edad avanzada y el Tai Chi es fácilmente realizable por personas de todas las edades y condiciones físicas. “Los que practican Tai Chi toman conciencia de su cuerpo y logran entenderlo mejor, con lo que pueden evitar las malas posturas, favorecer la circulación de la sangre y corregir los excesos y deficiencias”, comenta Carlos Moreira, maestro de Tai Chi.
Junto a la práctica de esta disciplina, los pacientes con osteoporosis deben llevar a cabo un tratamiento farmacológico, riguroso y continuado. Al disminuir el riesgo de caídas con el Tai Chi y el de fracturas con la medicación, se controla la raíz de las complicaciones de la osteoporosis
Pero la herramienta ideal para evitar esta enfermedad, es prevenirla durante la infancia, mediante una ingesta adecuada de calcio y buen adieta. A pesar de eso, se considera que la osteoporosis tiene factores genéticos.

El Ejercicio Físico y la Ingesta de Calcio ayudan a prevenir la Osteoporosis

Ciertas señales pueden indicar que se tiene osteoporosis, desde huesos fracturados a dolor lumbar. Además, también puede encogerse literalmente o perder altura con el tiempo. Estos problemas tienden a ocurrir después de que ya se ha perdido una gran cantidad de calcio en los huesos. La osteoporosis es una enfermedad que, en general, no produce dolor, salvo en situaciones en las que la sucesión de fracturas o aplastamientos en la columna vertebral que producen una deformidad en la misma y doler la espalda. Se puede averiguar que una paciente tiene riesgo de padecer osteoporosis porque se le está deformando el cuerpo. La herencia genética es el factor que va a condicionar que la persona tenga más o menos hueso y, por lo tanto, mayor o menor propensión a la fractura. El antecedente familiar de haber tenido osteoporosis es un factor de riesgo de primera magnitud. Cuando una persona tiene esos antecedentes en la familia, no es preciso que acuda al reumatólogo a los 20 años; pero debe ser consciente que entre los 20 y los 30 años, es cuando se genera la cantidad de hueso con el que vamos a vivir toda la vida. En esas épocas es fundamental el ejercicio físico, la ingesta adecuada de calcio (leche y derivados) y evitar hábitos nocivos como el alcohol y el tabaco.
Hay personas que no toman lácteos, porque en la raza blanca y a partir de los 20-30 años puede aparecer un problema en el intestino que es la falta de la sustancia necesaria para digerir la leche y sus derivados. Es el llamado déficit de lactasa. Cuando toman leche tienen pesadez en el abdomen, sensación de gases y, a veces, diarrea. A estos pacientes se debe dar calcio farmacológico. Existen dos formas de osteoporosis: una es la post- menopáusica, que aparece después de la menopausia prematura o quirúrgica. La otra es la osteoporosis del anciano, llamada senil. Cuando las fracturas se localizan en zonas determinadas hay detrás una osteoporosis. En la post- menopáusica, es frecuente que las fracturas se produzcan en las vértebras y en la senil, son más frecuentes las fracturas de cadera. Se debe sospechar que esa fractura está producida por osteoporosis, cuando es producida por un mínimo golpe o cuando se repite. La densitometría mide la cantidad de contenido óseo que tiene el esqueleto y es la prueba estándar para poder tomar una decisión médica o terapéutica. Estaría indicada en mujeres post- menopáusicas que tuviesen factores de riesgo, en mujeres con menopausia precoz y cuando el paciente ha estado sometido durante largo tiempo a tratamientos que producen pérdida de hueso, sobretodo los derivados de la cortisona. La osteoporosis del varón es mucho más rara pero puede darse en casos de alcoholismo, en la toma de determinados medicamentos como la cortisona, en personas que han sido operadas del estómago y en la andropausia o menopausia del varón.

A partir de los 35 años se empieza a perder masa ósea

Muchas mujeres no lo saben pero cuando cumplen 35 años, a partir de esta edad se va perdiendo pequeñas cantidades de hueso. Cuando llega la menopausia, el proceso de pérdida ósea se acentúa. La clave es cuidarse antes ya de llegar a estas edades y prevenir así una posible osteoporosis
La densitometría es una técnica de diagnóstico de la osteoporosis que tiene que ser bien seleccionada por el médico, en relación a las circunstancias personales de cada mujer. La edad a partir de la que se recomiendan la densitometría son los 55 años.
A partir de los 35 años se empieza a perder masa ósea, pero el mayor punto de inflexión es cuando cesan las reglas y la mujer entra en la menopausia.
El esqueleto humano está preparado para ganar masa ósea hasta los 35 años. Las mujeres de piel más blanca, de peso reducido, sedentarias y fumadoras, con malos hábitos higiénicos y con menopausia precoz serían las peores candidatas para tener un hueso adecuado a partir de la menopausia.
Uno de los factores de riesgo para indicar una densitometría y un índice de riesgo de fractura es tener un familiar con osteoporosis. El índice de riesgo de fractura se calcula según las características de peso, hábitos, antecedentes... se calcula para los siguientes 10 años. Existe una página web a la que se accede tecleando FRAX en Google, donde se puede calcular este índice. Se debe buscar asesoramiento cuando el FRAX de un índice de fractura superior al 15 - 20 %.
El hombre también puede tener osteoporosis, aunque más tardíamente ya que no sufre un cambio de hormonas tan brusco como es el caso de la menopausia en la mujer. A partir de los 75 años, los índices de osteoporosis se igualan en el hombre y la mujer.
En este momento hay más osteoporosis porque la esperanza de vida de las mujeres ha aumentado. A partir de los 75- 80 años, el 80 - 90% de las mujeres van a padecer osteoporosis y se manifiesta clínicamente cuando existen fracturas.

Tratamiento
A causa de la magnitud de la morbilidad relacionada con la osteoporosis posmenopáusica y senil (en particular, las fracturas patológicas microscópicas y visibles a simple vista), no es sorprendente que los médicos interesados en el metabolismo óseo se hayan afanado durante muchos años en prevenir, detener e incluso eliminar esta osteoporosis por medio de tratamiento farmacológico, es decir, por agentes terapéuticos. Los muchos agentes investigadores hasta el momento presente (bien en forma aislada o en combinaciones variadas) comprenden las hormonas anabólicas estrogénicas (para mujeres solamente), calcitonina, difosfonatos, vitamina D (o sus metabolitos activos), calcio y fluoruro sódico. Cada uno de estos agentes, en dosis elevadas, pueden producir efectos secundarios indeseados en algunos pacientes, y de ahí que se han de administrar con cautela y solo bajo una supervisión regular. Se ha demostrado que el fluoruro sódico en dosis "tóxicas" estimula la formación de hueso, cuya matriz, sin embargo, puede llegar a calcificarse en forma lenta; parece que los suplementos de calcio llegan a corregir este defecto (aunque el tiempo puede ser un factor). En muchos pacientes con osteoporosis coexiste cierto grado de osteomalacia, y este componente del problema puede corregirse mediante dosis adecuadas de vitamina D. Si bien quedan por realizar todavía muchas investigaciones científicas, tanto en animales como en el ser humano, es justificable un amplio tratamiento médico de todos los pacientes osteoporóticos, recomendándose, por regla general, la combinación de fluoruro sódico y calcio, que parece ser muy prometedora, a pesar de que, por razones todavía no bien comprendidas, no todos los pacientes responden al fluoruro. Un programa de ejercicios regulares y energéticos parece útil para contrarrestar por lo menos el componente atrófico de la osteoporosis, que es secundario a la vida sedentaria de las mujeres posmenopáusicas, así como de los ancianos, tanto hombres como mujeres. El dolor de espalda producido por las microfracturas en las vértebras osteoporóticas puede disminuirse por el uso de un corsé vertebral ligero y bien ajustado.
Algunos ejercicios físicos útiles para el paciente con osteoporosis

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